Mi esperanza es que esos magníficos "social-pendejos" europeos impidan que esta iniciativa lamentable se materialice. Ella debe ser denunciada y combatida
como lo que es: un acto demagógico e irresponsable que sólo servirá para apuntalar a la más longeva dictadura latinoamericana. No debemos permitir que la España democrática, moderna y europea que en tantos sentidos es un ejemplo para América Latina se convierta en la "puta triste" de Fidel.