dilluns, 7 de febrer del 2005

Valentí Puig posa el dit a la llaga socialista del Carmel

Els polítics catalans viuen més que mai en el món de la ficció política. La reforma de l'Estatut és l'exponent màxim de la fantasia ideològica d'una classe política que pensa que està construïnt l'Olimp de la nació futura sense adonar-se'n com el terra s'esfondra literament sota els seus peus. Valentí Puig posa el dit a la llaga:

"El Carmel es otra cosa, es algo brutalmente real, coincidente en el tiempo y por azar con ese sistema de ficciones y virtualidades que, tal como se segrega la seda, pretende llegar a ser un nuevo Estatuto de autonomía que absorbe ciegamente las energías de todos los líderes políticos como si fuese verdad que la iniciativa embriaga y fascina a la inmensa mayoría de los catalanes"

La Barcelona de disseny confrontada a la Barcelona de la realitat.
De repente, la política tiene más que ver con la geología que con la postmodernidad. El maragallismo narcisista de Sant Gervasi y los votos socialistas del Carmel son mundos totalmente ajenos, hilvanados políticamente por el pacto PSOE-PSC y hoy deshilachados por un ensimismamiento municipal que hace Barcelona más inconexa en lugar de articularla como comunidad urbana.

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