El disfraz del pacifismo ha sido eficaz una vez más para que el progresismo español haya presentado este debate como un enfrentamiento entre pacifistas y belicistas. Y para eludir un posicionamiento nítido en lo que es, en realidad, una guerra ideológica entre dos usos de la fuerza, el de terroristas y gobiernos fundamentalistas o el de los gobiernos liberales. En esa disyuntiva, el conflicto entre Hizbolá e Israel es, más que nunca, mucho más que un conflicto regional. Es parte de un conflicto global en el que, queramos o no, estamos en el mismo lugar que Israel. Así lo ha entendido Al Qaida con su pronunciamiento del pasado jueves, y todo el fundamentalismo islámico, sea chií o suní. Fuera de sus batallas internas, el objetivo común, ha recordado Al Zawahiri, es el mismo, y la acción de Hizbolá forma parte de ese objetivo.
La victimización de Hizbolá no es compasión inocente. Es parte de una ideología en la que la denuncia del imperialismo americano acerca al fundamentalismo a las revoluciones de la izquierda.
(Josep Pla)
dimarts, 1 d’agost del 2006
La por dels liberals
Edurne Uriarte: