La megafonía sigue jugando malas pasadas a los políticos. El último en extralimitarse en sus declaraciones sin darse cuenta de la presencia de micrófonos aún encendidos ha sido el presidente Vladímir Putin, quien el miércoles recibió en el Kremlin al primer ministro israelí, Ehud Olmert.
Al final del encuentro, cuando ya estaban despidiéndose, Putin le pidió a Olmert que saludara al presidente de Israel, Moshé Katzav, de su parte y que le diese ánimos ante el trance que está atravesando. Por cierto, dijo el máximo dirigente ruso, «ha resultado ser un tío potente, forzó a diez mujeres. Nunca hubiese esperado de él nada parecido. Nos ha sorprendido a todos, dígale que le envidiamos».
(Josep Pla)
divendres, 20 d’octubre del 2006
Katzav, l'enveja de Putin
El poder és per abusar. Ja sigui per assassinar txetxens i periodistes o per violar secretàries. Putin ho té clar: