Dicen que los negacionistas expresan una opinión, pero lo que realmente hacen es perpetuar un crimen. Se presentan como librepensadores, como apóstoles de la duda y de la sospecha, pero lo que hacen es concluir una tarea de muerte. Es necesaria una ley contra el negacionismo, porque éste es, en sentido estricto, el estadio supremo del genocidio.