dilluns, 18 de juny del 2007

Contra Zapatero

Les dues crítiques més dures contra Zapatero pel "procés de pau" les he llegit aquest cap de setmana. I les dues escrites per dos homes inequívocament d'esquerres.

La primera, d'Antonio Elorza a El Correo Digital:
Da la sensación de ser un hombre [es refereix a Zapatero] que a la superficialidad de sus análisis une la inquebrantable determinación, tanto de insistir en el camino elegido como de encubrir luego a toda costa los propios errores.

La segona, de Gregorio Moran a La Vanguardia:
Tengo la impresión de ser un idiota. Y de serlo de una manera tan rotunda, única, acomplejada, que estuve durante varios días dándole vueltas a la idea de titular este artículo de un modo sencillo y definitivo: "Tengo 59 años y soy idiota". Periodísticamente no sería un buen título, porque en páginas de opinión lo deprimente y excesivamente personal no gusta a los lectores. El que mira el diario por la mañana de un sábado, pasando páginas entre sorbo y sorbo de café, pide calor pero no fiebre. Pero mi problema es que no puedo dar crédito a lo que veo, a lo que leo y a lo que oigo, porque o no entiendo nada o es que lo entiendo demasiado. Me voy a explicar, a ver si compartiéndolo con ustedes eso me ayuda a superar este complejo de inferioridad mental que me devora desde hace días.

O sea que el presidente del Gobierno, señor Zapatero, se ha tirado casi dos años negociando entre dimes y diretes con ETA. Hasta aquí lo entiendo todo, porque hay muchas razones cruzadas. Primera y principal, el presidente no tiene ni zorra idea del País Vasco y ha de amarrarse a las orientaciones de Jesús Eguiguren, auténtica fuente negociadora del llamado retóricamente proceso de paz en Euskadi. Todo joven político con aspiraciones de estadista y absoluta ignorancia sobre el asunto, está convencido de que el tema vasco y muy en concreto ETA, la resuelven ellos con la lengua, basta con la lengua, y si fuera necesario con el talento y la experiencia de su ágil muñeca negociadora. Luego, cuando se dan una hostia monumental, llámense Carod Rovira o Zapatero, alegan siempre la misma frivolidad, les sale el lado filisteo que llevan dentro y nos tratan de conmover apelando a su buena voluntad y mejor intención y a su ansia por la paz y el fin del terrorismo. No sé si ustedes alguna vez han tenido la ocasión de hablar con un jefe terrorista, yo sí, y les puedo decir que de creerles en su hora emotiva nadie estaría más interesado que ellos por acabar de una vez con tanta sangre, y poder dedicarse al huerto, y cuidar de los niños y de los perritos y de los cerezos en flor. A mí, y a mis años, esto no me impresiona nada. Tampoco hay ni un solo dirigente mafioso cuyo sueño íntimo y reiteradamente manifestado no sea convertirse en un empresario legal y simpático y dejar atrás tanta matanza. Lo del corazón tierno sirve para los culebrones, por eso tienen tanto éxito en los países más violentos.

Veamos entonces, dos años de negociaciones es algo que forzándolo mucho podría ser justificable si hubiera algún resultado. Pero como no hay ninguno, digo más, como lo que hay es una situación de una gravedad como nunca anteriormente habíamos afrontado, se da en decir que al menos se ha logrado algún tiempo sin muertos. No sé si se dan ustedes cuenta de que este argumento es contraproducente para quien lo expresa, no solamente porque quiere decir lo contrario de lo que pretende -una organización terrorista que no mata durante tres años y que no entrega las armas, significa que se está preparando para volver a matar con mayor capacidad de fuego- pero es que además, si alguien se ampara en este argumento se obliga a asumir los muertos que vengan.

Esto es lo que me ha dejado la convicción de ser idiota