Por lo visto, el desgaste del Tribunal Constitucional no importa mientras los políticos consigan sus fines. Además, ello sirve también para que comentaristas desinformados hagan recaer sobre el alto Tribunal culpas que en absoluto le pueden ser atribuidas. El acoso sigue, el derribo esperemos que fracase. En cualquier caso, por debajo de estas maniobras subyace la intención de trasmitir a la opinión pública que los estatutos aprobados tras el catalán -los de Baleares, Andalucía y Aragón, además del valenciano que es anterior- son muy parecidos, casi calcados, a éste. Ello no es en absoluto cierto. Es más, desde el punto de vista de su conformidad con la Constitución, son muy distintos. Es evidente que, vistas las dudas sobre la constitucionalidad de muchos preceptos catalanes, los demás estatutos han sido redactados con enormes cautelas.
Por un lado, en cuestiones de fondo, los artículos más obviamente inconstitucionales ya no aparecen: ni derechos históricos, ni posibilidades de autodeterminación, ni inclusión de los entes locales integrados en las instituciones autonómicas, ni preceptos lingüísticos contrarios a la cooficialidad, ni límites a las funciones del Defensor del Pueblo, ni garantías procesales específicas de los derechos estatutarios, ni mandatos a las instituciones del Estado. Nada de eso aparece. Por otro lado, en la redacción de aquellos preceptos que, según cómo fueran interpretados, podían resultar inconstitucionales, se han tomado grandes precauciones. El texto catalán está plagado de confusión y ambigüedad, en los demás estatutos se ha efectuado un evidente esfuerzo de claridad: se trata, por tanto, de estatutos muy distintos.
En un texto legal, la similitud, incluso la identidad, de muchos preceptos no quiere decir que éstos tengan el mismo significado. Muy al contrario, las normas han de ser interpretadas sistemáticamente y ello implica que el contexto normativo -los otros preceptos de la ley y, más allá, el resto del ordenamiento- repercute en la interpretación final. En definitiva, a las mismas palabras, a las mismas frases, pueden atribuírseles distintos significados. No es tan fácil, pues, saber leer correctamente una ley, si lo fuera sobrarían los juristas.
(Josep Pla)
dijous, 19 de juliol del 2007
La batalla del Constitucional
La por al Tribunal, de Francesc de Carreras a La Vanguardia: