dimarts, 17 de juliol del 2007

Som més progres que ningú

Article genial de Xavier Sala i Martin sobre la rebaixa del límit de velocidad a 80 km/h a la zona metropolitana de Barcelona, aprovada recentment pel govern de la Generalitat.
Dada la tendencia que tiene a gastar millones en propaganda… perdón, información, ¿por qué no nos informa de donde están los estudios que demuestran que las medidas tomadas son deseables? Y no me refiero a una simulación que demuestre que las emisiones a 80 por hora son inferiores a las de 120. Me refiero a un estudio que demuestre que la reducción de emisiones, si es que la hay, será suficiente para compensar la pérdida de bienestar que la ley nos va a causar a todos.

Al fin y al cabo, muchos tendremos que levantarnos 20 minutos antes y llegaremos a casa 20 minutos después cosa que supondrá perder, entre todos, millones de horas adicionales en la carretera. Tendremos que pasar menos tiempo con nuestros hijos y eso nos creará malestar. O tendremos que dormir menos, iremos más cansados al trabajo y nuestra productividad será menor. O estaremos cabreados porque se discrimina a los que vivimos cerca de Barcelona (¿o es que los coches que van a 120 por Osona no contaminan igual que los de Barcelona?) O nos sentiremos engañados por esos políticos que nos han dicho durante años que los extravagantes impuestos sobre la gasolina eran para compensar las emisiones de los coches (si eso es así, ¿a que vienen estas restricciones adicionales?) O estaremos hasta las narices de que la policía nos ponga multas esperpénticas por ir a 100 por hora (los conductores de las rondas saben que es imposible ir a 80 cuando hay una bajada y, por lo tanto, habrá multas a toneladas).

Insisto: ¿dónde está el estudio que demuestra que todos estos efectos negativos son menores que los beneficios que genera la prohibición de ir a más de 80? La verdad es que tanta pregunta sin responder resulta cómica. O quizá trágica, porque la ley se publicó el día en que Merck decidía trasladar su sede a Madrid. La excusa que pone la empresa es que los ministerios están allí. Pero eso es mentira: los ministerios ya estaban en Madrid cuando Merck decidió instalarse en Barcelona hace años. ¿Por qué se va ahora? Pues porque antes Barcelona era competitiva y ahora, con tanta regulación y tanta “política de progreso y de izquierdas” nuestra economía es cada vez menos atractiva para las empresas que crean riqueza y puestos de trabajo.


Llegiu-lo sencer perquè val la pena.