Orozco se niega a criminalizar los inmigrantes porque lo sean los asesinos de las seis mujeres que en este enero han muerto, víctimas de sus parejas. Muy bien hecho. Aunque fueran inmigrantes todos los que matan a sus parejas la criminalización del inmigrante sería un crimen, porque la inmensa, abrumadora mayoría de los inmigrantes no mata a sus parejas. Es algo que, toute proportion gardée, los inmigrantes comparten con los hombres. La inmensa mayoría de los hombres no mata a sus mujeres. No las matan y, sin embargo, Orozco no tiene empacho en criminalizarlos utilizando expresiones como violencia de género. O lo diré algo más claro: insistiendo, ella y todas las de su nivel, en que esos asesinatos deben etiquetarse de violencia contra las mujeres. Un tag infamante para el hombre, porque conlleva declararle culpable como especie y ante el que ya va siendo hora que los alfabetizados de cualquier género se rebelen. Esta broma de colegialas pedantes está durando ya demasiado.
(Josep Pla)
divendres, 25 de gener del 2008
Ja n'hi ha prou de broma
Arcadi Espada: