En estos tiempos en los que Don Quijote ya no topa con la Iglesia (quizá porque la pobre lleva años zarandeada), choca frontalmente con las religiones ideológicas, cuyos autos de fe son implacables contra los herejes. Y el Che es la fe en ella misma, el Santo Grial de los revolucionarios, el cáliz donde beben las bocas sedientas de viejas ideologías.
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Sin duda fue un autoritario, y sin ninguna duda no tuvo problemas morales en ser un asesino. Que su causa naciera de razones nobles, que fuera un hombre con convicciones, que hubiera podido vivir una vida de comodidades y se dedicara a luchar por sus ideas, etcétera, todo es cierto. Pero nada de ello niega la mayor: que fue un enfurecido visionario, que quiso imponer, a sangre y fuego, sus dogmáticas e inapelables razones. Si el Che hubiera ganado en su carrera hacia la liberación,hoy toda Sudamérica sería una patética Cuba. O, peor aún, naufragaría entre déspotas y mafias, cual una Rusia cualquiera. Y nada de ello, nada, tiene que ver con la libertad.
(Josep Pla)
dimarts, 16 de setembre del 2008
El Che era un psicòpata
Pilar Rahola: