dijous, 26 de març del 2009

Leguina contra Zapatero

El despropòsit hidràulic:
Los conceptos de cuenca hidrográfica y de trasvase como instrumentos para la buena gestión del agua representaron en su día un avance que en España se debió a las viejas ideas liberales. Tras la Constitución de 1978 y con los 17 Estatutos aprobados se mantuvo esa concepción según la cual la gestión del agua correspondía en exclusiva al Estado a través de las cuencas, trasvases y otros mecanismos. De hecho, hubo dos planes hidrográficos nacionales (uno a impulsos del PSOE y otro bajo gobiernos del PP)… hasta que llegó ZP con su “España plural” y, sin más trámite, se decretó que los trasvases eran reaccionarios (y lo que es más disparatado: las desaladoras progresistas), que las cuencas podían transferirse (el nuevo Estatuto de Andalucía expropió al resto de los españoles la del Guadalquivir), el Ebro se lo quedó Aragón y, ahora, Castilla-La Mancha (a través también de su Estatuto) pretende decretar motu proprio el final del trasvase Tajo-Segura. De esta guisa el agua se ha convertido en bandera para crear banderías… y todo ello bajo la mirada irresponsable de unos gobernantes a quienes el Estado parece importarles una higa.