dimarts, 14 de desembre del 2010

Els EUA apareixen, gràcies a Wikileaks, com els país més ètic del món

Pablo Pardo:
A raíz de los documentos desvelados hasta ahora, EEUU sale como el país más ético del mundo. No hay contradicción entre sus pronunciamientos públicos y lo que escriben y tratan de lograr sus diplomáticos en privado. No hay muestras que indiquen que EEUU falsifica pruebas sobre el programa nuclear de Irán o de Corea del Norte; sobre la corrupción en Italia, en Rusia o en Afganistán; sobre su hostilidad hacia Hugo Chávez; o sobre su preocupación sobre la estabilidad mental de Cristina Kirchner (que ya fue portada en los medios de comunicación argentinos en 1996, hace 14 años). Lo mismo cabe aplicar de la preocupación sobre la corrupción de dimensiones siderales de la financiación del terrorismo islamista por Arabia Saudí, Kuwait y Qatar.

Paradójicamente, esos mismos críticos aplican un brutal doble rasero con respecto a lo que los cables revelan. Por ejemplo, que los países árabes están todavía más aterrorizados que Israel con la posibilidad de que Irán se haga con la bomba atómica. O que Hizbulá usó en 2006 ambulancias para transportar armas. O incluso una cierta existencia del ridiculizado ‘Eje del Mal’ de George W. Bush, en la información sobre la compra por Irán de misiles norcoreanos capaces de alcanzar Berlín. Desde luego, uno cree más —no menos— a EEUU tras WikiLeaks. Pero, increíblemente, Washington se ha llevado más críticas por Wikileaks que China por su salvaje tratamiento de Liu Xiaobo.