"Si aceptaras, armarías un buen lío. Tu partido de referencia no está en su mejor momento. Está enrocado y muy posiblemente la hipótesis de hacer con sus oponentes lo que nunca dejaron que hicieras con ellos les parecerá inadmisible. Les domina un formato antiguo de política. Prefieren la confrontación a la concertación. El diálogo de tanteo con algunos de los máximos dirigentes te lo hace evidente: no les parece concebible. Sólo se les ocurre hablarte del carnet que deberás devolver. No consigues hablar de política, sólo de carnets y enemigos; menos todavía de cultura. La cultura no importa."