¿Qué le ocurre a nuestro independentismo desde el origen de los tiempos? Porque si existe un auténtico ritual cuya tradición acompaña al independentismo catalán es el del complotismo, el apuñalamiento por la espalda, la guillotina y el resto de las viejas artes del arte de matar al compañero, mientras se quiere salvar al mundo. Siempre pocos y con la agenda de la independencia para pasado mañana, siempre juzgando al resto de los mortales y siempre tan mal avenidos que han protagonizado las escenas más cainitas de la vida política catalana. Como conozco el percal, me atrevo a asegurar que, por sus características épicas, el independentismo catalán ha conseguido agrupar a la mayoría de los iluminados del país, cuyas dosis de mesianismo salvapatrias los ha llevado por los derroteros de la bronca interior y del puro saturnismo. Ciertamente, devorar a los hijos es el verbo más practicado de esta corriente política, aunque hasta ahora era una ingestión algo más elaborada. ERC, como mínimo, se devoraba con algo de disimulo y tardaba cierto tiempo en aplicar la guillotina. Pero ahora el proceso se ha acelerado tanto que los de Solidaritat no han tenido ni tiempo de perpetrar un par de iniciativas parlamentarias, demasiado entretenidos en pelearse por saber quién de ellos proclama la independencia
(Josep Pla)
dimecres, 9 de març del 2011
Així va la independència!
Pilar Rahola: