Según recogen estos días los medios británicos, cada vez más profesores de Reino Unido procuran que los niños a su cargo no tengan en la escuela un íntimo amigo o mejor amigo, fomentando en su lugar la integración de los alumnos en grupos grandes en los que los lazos de amistad sean iguales entre todos. Esta técnica, según sus defensores, persigue ahorrar a los pequeños el sufrimiento de la separación a la que muchos se verán obligados por los itinerarios académicos.