Algo ocurre en Extremadura, la región que tras terminar 2012 con el menor déficit público de todas las autonomías (un 0,97% de su PIB, partiendo del 4,7 propio de 2011), aún tiene margen para bajar este año su tramo del IRPF. Una de las razones por las que puede sacar tanto músculo en plena crisis radica en que es la comunidad que más ingresos recibe de la Administración central, una vez descontado lo que aporta.