Este trabajo de Sara Mead (Million dollar babies: why infants can't be hardwired for success, pdf; via Joanne Jacobs) es un buen recordatorio de que, realmente, lo más probable es que no sea cierta la idea de que hay una ventana de oportunidad para el aprendizaje que se cierre al cumplir los tres años, de modo que si no aprovechamos ese periodo para estimular las capacidades cognitivas de los niños, más adelante no haya mucho que hacer. Simplemente, no hay evidencia empírica que confirme esa "ventana de oportunidad" y sí la hay de lo contrario, es decir, de que el "hardwiring" del cerebro prosigue después y de que, con los programas e instituciones adecuadas, puede, por ejemplo, recortarse la distancia de rendimiento escolar que separa a los hijos de clases menos favorecidas de los hijos de clases más favorecidas, como recuerda Mead.
(Josep Pla)
dimecres, 11 d’abril del 2007
El mite dels tres primers anys
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