"La preocupación árabe por […] la legitimidad de las elecciones próximas en Irak y por la representación de la totalidad del espectro político, ético y religioso [de Irak] es indignante. Cualquiera que viera lo que ocurre, de no saber la verdad, casi creería que los países árabes - que a lo largo de toda su historia nunca han conocido lo que son unas elecciones - se han convertido en los más interesados en que las próximas elecciones de Irak reflejen la voluntad del pueblo iraquí, con todos sus elementos, y que en particular [reflejen la voluntad de] la minoría sunní, que en la era de Saddam Hussein era [considerada], por razones tan conocidas que no [es preciso] ni mencionarlas, una 'mayoría'.Resulta paradoxal que la celebració d'eleccions desperti més esperances entre els àrabs que entre les elits occidentals. Tant els deterministes multiculturalistes de l'esquerra com els deterministes liberals de la renda per càpita, pronostiquen la impossibilitat que un règim democràtic pugui estabilitzar-se i arrelar actualment en aquesta regió del món. Potser tinguin raó. Però, seure's a la porta de casa i esperar que les coses canviïn soles tampoc no em sembla una alternativa millor.
Es indignante y asombroso que las primeras elecciones generales libres de la historia de la nación árabe tengan lugar en enero: en Irak, bajo los auspicios de la ocupación norteamericana, y en Palestina, bajo los auspicios de la ocupación israelí.
[Es igual de] indignante que la Liga Árabe, que representa la voluntad de los regímenes de 20 países [árabes] desde el Atlántico [hasta el[ Golfo Pérsico, quisiera que se invitara a la oposición iraquí a la conferencia de Sharm Al-Sheikh, para asegurarse de que todo Irak con su espectro político al completo, estuviera presente para representar al pueblo iraquí. No importa en absoluto que [las] otras oposiciones árabes [en los distintos países árabes] no hayan sido invitadas a ninguna reunión de la Liga Árabe o a alguna cumbre a lo largo de toda la historia de los pueblos árabes".
Coincideixo, doncs, amb la visió de Victor Davis Hanson (via Hispalibertas):
Los izquierdistas que ignoran la Historia sermonearon a la administración Bush diciendo que la democracia nunca ha resultado de la amenaza de conflicto o de la guerra abierta; aparentemente la creación de democracias en los Estados Unidos, Alemania, Japón, Italia, Israel, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Serbia y Afganistán es prueba del poder de la mera palabra. En contraste, la vieja derecha realista advertía que los "hombres fuertes" son nuestra mejor apuesta para asegurar la estabilidad; como si Arabia Saudí y Egipto hubieran sido aliados leales con satisfechas y estables ciudadanías proamericanas. En verdad, los radicales esfuerzos para limpiar el mundo de talibanes y de Saddam Hussein, llevar democracia al corazón del mundo árabe y aislar a Yasir Arafat son los desarrollos más arriesgados y humanitarios en el Próximo Oriente en un siglo; anticuado idealismo respaldado por fuerza en una era posmoderna de abyecto cinismo y nihilismo.