Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

divendres, 22 de juliol del 2005

Totes les fosses, tots els cadàvers

L'amic Carlos Herrera posa el dit a la llaga: si s'ha de revisar la memòria històrica s'ha de revisar tota. Si s'han d'obrir fosses comunes, s'han d'obrir totes. Si s'han d'exhumar cadàvers, s'han d'exhumar tots. Si s'han de pagar reparacions, s'han de pagar totes. Si s'han d'assumir responsabilitats, s'han d'assumir totes. Carlos Herrera se suma amb l'article -"El asesinato de Don Carlos"- a "la lista de aquellos que exigen un desentierro masivo de las víctimas de la Guerra Civil y una reparación consecuente de medios y honor a los que cayeron como consecuencia de la barbarie y la ferocidad de la época".
"Vamos a abrir zanjas y a desenterrar cadáveres, todos juntos, con el pico y la pala al hombro, cantando cualquier internacional que nos satisfaga, como si fuéramos los enanitos de Blancanieves camino de la mina. Yo dirigiré mis pasos al Paseo de la Bonanova de Barcelona. Allí, un 26 de enero, un comando de anarquistas e independentistas -menuda mezcla- balaseó fríamente a Don Carlos Cruset Vilaseca después de haberle sorprendido paseando calle Balmes arriba de la mano de su hija Blanca. Carlos Cruset había casado con una familia de emigrantes almerienses de ida y vuelta, había sufrido en Valencia la rapiña y la violencia de los muchachos de la CNT y la FAI -que le destrozaron la casa y la cara- y era considerado por sus vecinos y familiares como un hombre bueno y ejemplar. Un solo tiro acabó con su vida. Luego paladas de tierra. Y ya está. La muerte de Don Carlos Cruset cambió por completo la vida de aquella familia, que entró, como tantas otras, a formar parte de nuevo de la miseria y la supervivencia. Nadie, ni el franquismo ni los republicanos, le mentaron en sus elegías. Quedó su memoria tan sólo para los que compartieron su desdichada vida, mujer e hija, que no le olvidaron jamás. De la misma manera que es más que comprensible que los nietos de aquellos que quedaron enterrados en las cunetas quieran recuperar esos cuerpos y darles sepultura digna, quiere este que suscribe que se haga justicia y este otro nombre forme parte de aquellos que engrosan la lista de mártires del fanatismo, de la intolerancia, de la dictadura feroz del odio. Esta revisión constante exige, efectivamente, que todos los muertos sean tenidos en cuenta. Desde luego los que mató el bando que ganó. También los que mató el bando que perdió y a los que empezó a matar, incluso, antes de que golpeara el ejército contra el orden establecido. Se referirán a eso tanto los chicos y chicas de AI como el ricitos de plata de ERC, creador de «La Lista de Tardá», supongo. Yo me apunto. En casa estamos deseando que eso ocurra desde hace años: Don Carlos, efectivamente, era mi abuelo, y su muerte, como en tantos casos de familias españolas de cualquier tendencia, cambió el devenir de los días. La historia, desdichadamente, hubiese sido muy otra.
Amb la publicació de l'informe "España: poner fin al silencio y a la injusticia" Amnistia Internacional s'ha tornat a quedar a mig camí de la història.