Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

dimecres, 8 de febrer del 2006

Les caricatures: la socialdemocràcia europea, perduda

Olivier Roy, en un article que publica a El País titulat “Las caricaturas: el islam europeo, secuestrado”, planteja la qüestió de si cal acotar legalment la llibertat d'expressió per evitar que entrin en colisió la llibertat humana i l'ordre natural o diví. És a dir, planteja una cosa tan novedosa com retornar al codi penal el delicte de blasfèmia.
Ningún gran periódico publicaría unas caricaturas que se burlaran de los ciegos, de los enanos, de los homosexuales o de los gitanos, más por miedo al mal gusto que por la persecución judicial. Pero con el Islam el mal gusto se acepta porque la opinión pública es más permeable a la islamofobia (que, de hecho, muchas veces esconde un rechazo a la inmigración). Lo que ofende al musulmán medio no es la representación del profeta, sino que haya dos varas de medir.

Las protestas de los musulmanes en Europa, excepto las de algunos descontrolados que las capitalizan, son en realidad más bien moderadas y también se basan en la libertad de expresión. Pero de manera más general también se inscriben en lo que sin duda es hoy el gran debate en Occidente: ¿en qué medida la ley tiene que defender un espacio de lo sagrado, ya se trate de blasfemias, de negacionismo, de la memoria o del respeto al otro? Esto se enmarca en un debate más general: ¿qué corresponde a la libertad humana de un lado y al orden natural o divino del otro?
La resposta l’hi dóna Arcadi Espada
Ya se ve, perfectamente, que monsieur Roy (y sus coristas: abundantes en la prensa socialdemócrata) no distingue entre personas (ciegas, enanas, homosexuales y gitanas) y patrañas (blasfemias). Así pues, no es extraño que tenga dificultades para disitnguir el “espacio de lo sagrado”, como enfatiza con voz campanuda y parisién. Los hombres, incluidas las mujeres mahometanas, son lo sagrado. Por lo demás, Occidente ha pagado un cierto tributo para llegar a su estado presente, este su noble derecho a burlarse de la divinidad, concepto dañino, coautor de tanta y tan enorme tragedia universal. Ningún derecho humano (ciegos, homos, gipsys) está basado en la patraña. Comparar los derechos humanos con los presuntos derechos de la divinidad es lo último que podía esperarse del pensamiento socialdemócrata, pero incluso esa raya ha cruzado ya.