Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

dilluns, 8 de setembre del 2008

Intervenir o no intervenir?

Per què, tot i la retòrica liberal, George W. Bush ha decidit salvar Fannie Mae i Freddie Mac? Ha fet bé a l'intervenir-les? La resposta és de Xavier Sala i Martin:
Pues no es fácil de decir. A favor de la intervención está el hecho de que si se deja que quiebren dos empresas tan grandes, tan íntimamente entrelazados con el resto de la economía y que tienen asegurada a tanta gente como Fannie y Freddie, las consecuencias para el resto del mundo serían incalculables.

A favor de la no intervención está el argumento de que el gobierno americano, que en estos momentos no tiene dinero efectivo, deberá pedir un préstamo gigante para hacer frente al rescate de Fannie y Freddie y eso comportará un aumento de tipos de interés mundiales y un perjuicio para el resto de economías del planeta. Las dos alternativas son malas.

¿Y qué hay del azar moral? ¿No tienen razón quienes dicen que el gobierno no debe rescatar empresas porque, si lo hace, las demás compañías deciden tomar decisiones demasiado arriesgadas pensando que a ellas también las salvarán? Pues la verdad es que, en este caso la respuesta es que no porque, al estar en un limbo legal especial, el rescate Fannie y Freddie no tiene por qué enviar el mensaje a las empresas estrictamente privadas de que ellas también serán rescatadas.

En este caso, Fannie Mae y Freddie Mac tenían problemas de azar moral desde que su “quasi-privatización” durante los años 70 las dejó con status de privilegio que les indujo a asumir los riesgos excesivos que han desembozado en el colapso actual. Es el problema que tienen las empresas que no son ni públicas ni privadas sino “Entidades de Patrocinio Público”.