Un tribunal ha constatado la muerte de Franco. Qué risa, dicen algunos. Yo prefiero reírme de otras cosas. "Déjate mandar. Déjate sujetar y despreciar. Y serás perfecta". Parece un contrato sadomasoquista, pero es un consejo de la madre Maravillas. ¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos? En 1974, al morir en su cama, recordaría con placer inefable aquel intenso desprecio, fuente de la suprema perfección. Que la desbeatifiquen, por favor.Antonio Muñoz Molina:
¿Estamos ante la repetición del viejo y querido chiste español sobre el disfrute de las monjas violadas? No hace falta imaginar lo que sintieron, en los meses atroces del principio de la guerra, millares de personas al caer en manos de pandillas de milicianos, armados y casi siempre jóvenes, aunque tal vez no siempre sudorosos.Hermann Tersch:
A nadie escandaliza que un periódico en España que se dice digno y de calidad publique en su contraportada, desde luego como divertimento, una apología de la violación de una monja, santa o no. Esto el día antes de la muy solemne «jornada internacional contra la violencia de las mujeres», a la que dedican ya páginas y que aprovechan las amigas de la patrona de los milicianos violadores para clamar que todas las chicas son buenas y los maltratadores unos mierdas de derechas. Porque los milicianos que violan a una monja son unos progresistas magníficos que todos debiéramos sentar a nuestra mesa.