El bombardeo sistemático de la población civil en ciudades y pueblos de Israel es un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad. Israel tiene la obligación de defender a sus ciudadanos. Para todos está claro que el gobierno israelí no tiene ningún deseo de invadir la Franja de Gaza, sino que preferiría continuar la tregua, que Hamas primero ha roto y después ha cancelado. Sin embargo, el sufrimiento de los civiles de la región fronteriza con Gaza no puede continuar.Hamas no vol la pau amb Israel. Hamas vol destruir Israel i està disposat a massacrar la seva pròpia població civil per aconseguir-ho. Hamas comet crims de guerra tipificats a las convencions de Ginebra a l'ubicar centres militars, arsenals i plataformes de tir al bell mig de centres urbans on viu la població civil. Hamas mata israelians però sobre tot palestins. No només perquè els utilitza com a escuts humans sinó també perquè no accepta cap dissidència. Diverses de les víctimes comptabilitzades com a morts dels atacs israelians han estat assassinats brutalment per Hamas, en actes de revenja. Ho exlica el gens sospitós d'antipalestinisme Herald Tribune (Via Barcepundit):
La reticencia a invadir la Franja de Gaza no se debe a indecisión sino a que está claro que el deseo vehemente de Hamas es inducir a Israel a que emprenda una operación militar. Si en esa operación mueren decenas o centenares de civiles palestinos, inclusive mujeres y niños, el extremismo se reforzará en Gaza y quizá caiga de paso el gobierno de Mahmoud Abbas en Cisjordania, para ser sustitutido por los extremistas de Hamas.
El mundo árabe se solidarizaría con Gaza ante las imágenes de las víctimas transmitidas de allí por la televisión de Al-Jazeera y la opinión pública mundial se apresuraría a condenar a Israel, acusándolo de crímenes de guerra, esa misma opinión pública mundial a la que no le importa que se bombardee sistemáticamente a la población civil israelí.
Se ejercerá una presión masiva sobre Israel para que se refrene. No así sobre Hamas, porque no hay quien presione a Hamas y ya no queda casi nada donde presionar más a Hamas. Israel es un Estado, mientras que Hamas no es sino una pandilla de bellacos.
¿Qué podemos hacer, pues? El camino mejor para Israel es llegar a una tregua completa a cambio de un alivio del bloqueo impuesto a Gaza. Si Hamas sigue rehusándose a llegar a una tregua y prosigue el bombardeo de los civiles israelíes, hay que tener cuidado que una operación militar no le haga el juego a Hamas. El cálculo de éste es sencillo, cínico y malévolo. Si mueren israelíes inocentes, tanto mejor, y si mueren muchos palestinos inocentes, tantísimo mejor. Ante semejante actitud, Israel debe obrar con sensatez y no en un arrebato de ira.
GAZA: At Shifa Hospital on Monday, armed Hamas militants in civilian clothes roved the halls. Asked their function, they said they were providing security. But there was internal bloodletting under way.
In the fourth floor orthopedic section, a woman in her late twenties asked a militant to let her see Saleh Hajoj, her 32-year-old husband. She was turned away and left the hospital. Fifteen minutes later, Hajoj was carried out of his room by young men pretending to transfer him to another hospital section. As he lay on the stretcher, he was shot in the left side of the head. A bit of brain emerged on the other side of his skull.
Hajoj, like five others who were killed at the hospital in this way in the previous 24 hours, was accused of collaboration with Israel. He had been in the central prison awaiting trial by Hamas judges, and when Israel destroyed the prison on Sunday he and the others were transferred to the hospital. But their trials were short-circuited.
A crowd at the hospital showed no pity after the shooting, which was widely observed. A man in his thirties mocked a woman who expressed horror at the scene.
"This horrified you?" he shouted. "A collaborator that caused the death of many innocent and resistance fighters?"
Another man told her, "It was his brother who killed him to wipe away the shame from his family."
Sobhia Jomaa, a lawyer with the Palestinian Independent Commission for Human Rights, said 115 collaborators were in the central prison. None had been executed by Hamas since it took office and their cases were monitored closely, she said.
"The prison provided the sole protection to all of them," she said. "But once it was bombed, many wanted to take revenge."
Alguns dels coets "artesanals" de Hamas.