Xavier Sala i Martín:
La pregunta clave es: ¿por qué se aprueban, pues, planes de aumento extravagante del gasto en casi todos los países del mundo? Mi respuesta es bien sencilla: la clase política ha aprovechado el miedo que la crisis ha metido en el cuerpo del contribuyente para hacer su particular carta a los Reyes. Fíjense en que Obama ha querido que su plan fuera aprobado deprisa y corriendo: “Si no se aprueba esta semana -dijo-, va a haber una catástrofe económica”. No hay programa en el mundo que no pueda esperar una semana, por más que el nuevo mesías, Barack Obama, diga lo contrario. Eso sí, las prisas han conseguido que se aprobaran cientos de programas sin el necesario escrutinio público y han convertido la crisis en el paraíso de los chupópteros del dinero ajeno. En estos momentos de pánico en los que ha cuajado la idea de que cualquier tipo de gasto inútil sirve para salir de la recesión, los políticos aprovechan y hacen lo que toda la vida han querido hacer: gasto inútil.