Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

divendres, 27 de febrer del 2009

La veritat

Pel que veig, a la majoria dels mortals ens va passar el mateix. La primera vegada que vaig veure les imatges d'Emilio Gutiérrez donant cops de maça contra l'Erriko Taberna em van semblar autèntiques, l'expressió de la ràbia i la desesperació contra la impunitat. Però, després de tornar a veure-les, la pregunta es va fer inevitable: com és que les càmares de televisió eren allà per enregistrar-ho? Casualitat o muntatge? Arcadi Espada ha gratat i ha trobat la veritat:
La grabación, en efecto, no sólo era oportuna, sino de una gran calidad. No la había filmado la cámara oculta de un banco sino un hombre. ¿Y qué hacía ese hombre ahí? La posibilidad de que alguien lo hubiese llamado era letal. En ese caso Emilio Gutiérrez, aun con todo su valor, no habría sido nada más que un nuevo ente dispuesto a ser filmado. Los hay a miles. Entre los últimos y más memorables, el periodista iraquí que lanzó su zapato contra el presidente Bush, tan aplaudido por los mismos que hoy deploran la rotura de cristales y otros bienes muebles en la taberna. Pero si nadie, ni Emilio Gutiérrez ni otro que él conociera, había avisado a las cámaras; si fuera cierto lo que parecía en la tantas veces falsaria televisión: que cogió la maza y se fue allí en el seco ejercicio de una venganza privada, sin más protección ni énfasis, Emilio Gutiérrez debía ser declarado el primer antihéroe mediático de nuestro tiempo.

Todo el puñetero día mordiéndome las uñas. Hasta que localizo a Gorka González, de la empresa Atlas.

–Habíamos ido a la concentración de la plaza del Ayuntamiento de Lazkao en repulsa por el ataque a la sede socialista. Estaban Patxi López y otros políticos. Había bastantes medios. Cuando acabó el acto, López anunció que se iba a la sede, y los compañeros de las televisiones lo siguieron. Nosotros teníamos dos equipos, uno se fue con ellos y nosotros nos fuimos en dirección contraria. Mientras íbamos andando a buscar el coche, a unos cuarenta metros de la plaza, oímos un ruido de cristales rotos. Nos volvimos. Allí estaba el hombre. Y el cámara empezó a grabar.

López dijo que se iba a la sede. Emilio y Gorka tomaron la dirección contraria.
Se encontraron. Ah, la verdad. ¡Existe y es sabido que me pone!