La filtració -explica Pérez Colomé- era coneguda pel govern nord-americà perquè el diari "The New York Times" els hi va passar per saber si afectaven a la seguretat nacional. El govern va demanar retallades i el diari en va acceptar algunes. Del quart de milió de documents filtrats per Wikileaks, NYT en publicarà un centenar. La resta són documents que es poden obtenir a través de la Llei de Llibertat Informativa dels EUA.
Jordi Pérez Colomé:
Wikileaks presume de ser el azote del poder americano. Los periodistas se hacen los importantes y debaten con los lectores los detalles de unas filtraciones “históricas”. Estados Unidos pone el grito en el cielo, dice que la gente de Wikileaks son criminales y amenaza con acciones legales. La diplomacia es precisamente eso, hacer doble juego: lamentar por ejemplo en público una cosa y aprovecharse de las consecuencias.
La teoría de la conspiración es tan sencilla que es irreal: Estados Unidos daría a conocer informaciones interesadas a cambio de un poco de alpiste para periodistas hambrientos de gloria. Sería un guion magnífico de cine negro. La realidad me parece más compleja (aunque para amantes de conspiraciones, como dicen aquí, por qué Estados Unidos ha esperado a la cuarta revelación de Wikileaks a iniciar acciones legales). Solo esto es evidente: la reacción americana a una mala noticia ha sido por ahora genial.