Amb la victòria del "no" a França, l'auroescepticisme s'ha convertit en euronihilisme, afirma el filòsof francès
André Glucksmann. Amb el seu rebuig a la Constitució europea, el que han fet els francesos ha estat rebutjar retrospectivament l'ampliació de 15 a 25 membres. El "no" és el reflexe de la por a la llibertat, de l'odi al liberalisme, del retorn al nacionalisme més tronat, a la xenofòbia i el conservadurisme més immobilista. Una deriva reaccionària que ara lidera l'esquerra europea.
Al no no le preocupan sus divisiones internas, le une lo que tiene enfrente. Parte de cero. Antiliberal, antinorteamericano, antiinmigrantes del Sur y, sobre todo, del Este, asqueado por la burocracia cosmopolita de Bruselas, declara la guerra a la competencia polaca, los depredadores bálticos y -no nos olvidemos- los futuros invasores turcos. El no protege las fronteras de la antigua Comunidad. Y así, como quien no quiere la cosa, el referéndum oficial sobre la Constitución se ha convertido en un referéndum oficioso y retrospectivo sobre la ampliación de 15 a 25 miembros. Los franceses que solían abstenerse en masa en las elecciones al Parlamento Europeo se consideraban euroescépticos. El 29 de mayo, al asestar sin contemplaciones el golpe del no, se han convertido en euronihilistas. Se acabó el tiempo de la fraternidad.(...)
La libertad asusta. En Francia, liberal ha pasado a ser el máximo insulto. ¿La Constitución? Unos grilletes liberales según los defensores del no, una barrera contra el liberalismo según los partidarios del sí. ¡Abajo Spinoza, Kant, Adam Smith o Popper! Estamos pagando decenios de mentiras y fantasías. Francia vive en una economía de mercado globalizada pero habla en tono socialista y nacional. Es normal que el elector siga el camino que le indican los discursos. Hace poco, Chirac declaró: "El liberalismo es una ideología tan nociva como el comunismo, y, como el comunismo, acabará fracasando". La Francia de los de arriba, tanto el sí como el no, llama a la resistencia contra el ogro liberal. El pueblo se arma de valor, decide abatir al monstruo y sacrifica el sí de las clases dirigentes en el altar de su inconsecuencia.
No entenc com alguns liberals es poden sentir cofois d'haver fet de llevadores del monstre.