Miren ustedes, servidora quiere vivir en un país donde la Cope pueda existir, y una pueda ejercer el libre albedrío de apagarla. Un país cuya madurez social no la convierta en una radio escuchada. Y, sobre todo, un país donde las leyes actúen si son vulneradas. Pero ahórrenme ustedes organismos censores, cuya eficacia es tan nula que no sólo no resuelve un problema, sino que lo multiplica. Con el informe del CAC, hoy la Cope es más fuerte, va más de víctima y probablemente tiene más oyentes. Y encima, no sólo no estamos los ciudadanos más protegidos de los abusos, sino que ahora tenemos que protegernos también de los que quieren protegernos. No sé, pero alguien la jodió cuando hizo el invento.
L'article sencer, aquí.