Será la política de esta Nación clasificar cualquier proyectil nuclear lanzado desde Cuba contra cualquier nación del Hemisferio Occidental como un ataque de la Unión Soviética contra Estados Unidos, exigiendo una respuesta total de represalia sobre la Unión Soviética.Perquè la dissuasió funcioni l'amenaça de resposta a un atac ha de ser creïble. I perquè ho sigui, s'ha de formular d'una manera clara i inequívoca, de manera que tothom ho entengui. La resposta de Bush a l'assaig nuclear nord-coreà ha sigut correcta, però probablement poc efectiva per falta de claredat kennedyana. Charles Krauthammer haugués preferit aquesta formulació:
Teniendo en cuenta el hecho de que no existe otra potencia nuclear en violación tan flagrante de sus obligaciones nucleares, será la política de esta Nación calificar cualquier detonación de un explosivo nuclear en Estados Unidos o sus aliados como un ataque de Corea del Norte contra Estados Unidos, exigiendo una respuesta total de represalia sobre el Corea del Norte.
Però, segons Krauthammer, una política ferma de dissuasió només resultarà efectiva abans que l'Iran obtingui també l'arma nuclear. D'aquí la urgència per plantar cara a Pyongyang i resoldre la provocació iraniana.
Esta política tiene un obstáculo, no obstante. Sólo funciona en un mundo donde no existe más que un único estado nuclear criminal. Una vez que el club se extiende a dos, la política se evapora porque un ataque nuclear del terror ya no tendría un remitente automático único.
Lo que es otro motivo por el que es tan importante evitar que Irán pase a ser nuclear. Con Corea del Norte ya no hay vuelta atrás. Pero Irán no ha llegado aún. Un país criminal es tolerable porque se le pueden pedir cuentas. Dos estados criminales garantizan la inmunidad a la disuasión y por tanto el terrorismo nuclear inevitable.