Em quedo amb aquests extractes:
Pesaban aún sobre nuestros hombros las secuelas de profundo dolor de una guerra fratricida, la amargura de unas experiencias históricas marcadas por divisiones, exclusiones, exilios e intolerancias.
No podíamos repetir los errores del pasado.
De ahí que juntos apostáramos por el respeto mutuo, la tolerancia, la reconciliación y la concordia, traducidos en la búsqueda de los más amplios consensos y en la absoluta primacía del interés general. De ahí las renuncias y sacrificios que todos supimos valorar.
Nos guiaba además la firme determinación de que España no volviera a convertirse en excepción, sino en modelo. Modelo de normalidad democrática dentro de la familia de Naciones de la Europa a la que, por esencia, pertenecemos.
Tales principios y propósitos generaron el espíritu integrador y el clima de confianza, necesarios para dejar atrás un largo periodo de ausencia de libertades democráticas.
Aquel miércoles 15 de junio de 1977, las calles de España fueron escenario de riadas alegres, festivas, e inolvidables, de hombres y mujeres que, con su alta participación, manifestaban el legítimo orgullo de recuperar el libre ejercicio del voto y de poder participar en la construcción de una España mejor.
(...)
Quiero expresar mi reconocimiento a cuantos contribuyeron a esa gesta, por su generosidad y apoyo para construir entre todos una España democrática en torno a una Monarquía Parlamentaria como disponen otras Naciones europeas avanzadas.
Aquella generación de hombres y mujeres marcó un camino, pero también una manera de hacer política. Nos dejó un legado de incalculable valor para nuestra convivencia democrática.
Un legado que, siempre que ha dominado el debate, nos ha permitido evitar duros y estériles enfrentamientos en el normal desarrollo de nuestra vida política.
Un legado cuyo respeto constituye un indudable referente que debemos mantener, para que nuestra vida política fluya siempre como debate democrático destinado a construir una España cada vez mejor.
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Apliquémonos, en particular, a derrotar la abominable lacra del terrorismo cruel e inhumano que tantas víctimas y dolor ha generado, fraguando de nuevo - como tantas veces he pedido - la necesaria cohesión y unidad para alcanzar un objetivo tan vital como irrenunciable.
Es también un deber moral que tenemos contraído con todas las víctimas y con sus familias, que merecen nuestro mayor reconocimiento, apoyo y respeto.
Llevamos varias décadas sufriendo las brutales consecuencias del terrorismo, sufriendo sus extorsiones y amenazas. Hoy las seguimos soportando. Pienso especialmente en la sociedad vasca.
Pues bien, en estos treinta años España y la democracia se han consolidado y reforzado.
Treinta años de democracia son ya muchos para dejar claro, una vez más, que la violencia terrorista nunca conseguirá sus objetivos.
Desde esa serena convicción, los españoles siempre respaldarán a sus instituciones y Fuerzas de Seguridad en esa lucha, utilizando todos los instrumentos del Estado de Derecho.
Text íntegre, aquí.