Para proteger el honor de la Familia Real, al juez Del Olmo no se le ocurrió otra cosa que apagar un fuego con gasolina. Consiguió que una portada que no hubieran visto más de doscientas o trescientas mil personas, la viera toda España, media Europa y que saliera hasta en periódicos de Estados Unidos, donde la Península no salta en las noticias salvo en caso de guerra o terremoto. No se sabe si Del Olmo pretendía reabrir el debate sobre la Monarquía o si aquel día simplemente se le había agriado el cocido. No hay que olvidar que este hombre fue el mismo que instruyó el sumario del 11-M, un trabajo a mitad de camino entre Perry Mason y Míster Proper.
Ahora otro juez acaba de saltar a la palestra por una polémica sentencia en la que quitaba la custodia de las hijas a su madre por ser lesbiana. Por lo visto, no es la primera vez que este hombre, Fernando Ferrín Calamita, asombra a la profesión con unos autos judiciales que parecen sacados de los archivos de Torquemada. El segundo apellido, de filiación latina, en su caso parece premonitorio, igual que el del juez Del Olmo, al que no se le pueden pedir peras.
Lo mejor de éstos y otros curiosos dramas judiciales es que uno se da cuenta, de pronto, de que vive en medio de un Código Civil que, en sus mejores artículos, parece escrito a escoplo sobre tablillas cuneiformes. La homosexualidad es una opción sexual libre hasta que uno tropieza con una de estas togas esculpidas en mármol del Paleolítico superior. Sus Marineras y Esquiadoras Majestades viven en un mundo de lujo y esplendor donde no sólo cambian de yate como otros cambian de camisa, sino que además sus súbditos tenemos que pagar a tocateja sus gastos y los de sus exponenciales descendientes sin permitirnos siquiera una crítica, una befa o una sonrisa.
Hace nada que acaban de localizar los fragmentos de otro cráneo en Atapuerca y le calculan la friolera de medio millón de años de antigüedad. Los expertos aseguran que puede tratarse de los restos del primer homínido europeo, pero, viniendo de Atapuerca, me extraña mucho. En Europa, en la Europa civilizada y democrática, se permite la crítica a las instituciones y las caricaturas a los jefes de estado, monarcas incluidos. En la Europa de verdad hace décadas que el lesbianismo dejó de ser una tara moral en los sesos calenturientos de algunos primates. A la dentadura que se ha encontrado en Atapuerca sólo le faltaban una toga y un mazo de madera, pero eso sería dar muchas pistas.
Tantos huesos amontonados en un lugar tan pequeño no pueden traer nada bueno. El horror de lo que pasaba de verdad en Atapuerca empieza a descubrirse poco a poco. Canibalismo. Asesinatos rituales. Gente que se alimentaba de congéneres indefensos por el bien de la tribu y la buena marcha de las instituciones. Qué tiempos aquéllos.
(Josep Pla)
Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst
Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.
dijous, 26 de juliol del 2007
Jueces de Atapuerca
Un divertit article de David Torres a El Mundo: