La nueva dirección del PP catalán, con Daniel Sirera al frente, quiere seguir un camino propio, sin fisuras con el PP nacional, en la política catalana. Pero deja un flanco abierto que podría aprovechar Duran Lleida si se rompe CiU tras las generales.
Fábula del alquimista Piqué, de Francesc-Marc Álvaro en La Vanguardia
El drama de Piqué es que ha gustado más a los votantes del resto de los partidos que a las bases del suyo. Para el fan de los hermanos Fernández Díaz o de Vidal-Quadras, Piqué siempre ha sido demasiado ambiguo, blando y alambicado. Sospechoso, en suma, de llevar otra ideología de contrabando.
El PP se tira al monte en Catalunya, de Jordi Juan en La Vanguardia:
¿De quién fue la culpa? ¿De una mala gestión del partido de Vendrell o de la belicosidad de Aznar en todos los frentes y la mala administración política del 11-M? Me inclino a pensar más en esta segunda opción.
P de Piqué, de Xavier Bru de Sala en La Vanguardia:
Sin Piqué, el PP catalán tomará otro rumbo, u otros rumbos, ya que un partido sin manos firmes y hábiles al volante puede tomar más de un rumbo a la vez. En cambio, en Ferraz se va a notar por pasiva, lo cual exige todo un párrafo, que va a ser el siguiente, después del punto y aparte.
El seductor, de Màrius Carol en La Vanguardia
Pocas cosas le molestaban más al seductor Piqué que en sus entornos se le preguntara qué hacía un tipo como él en un partido como ése. Más allá de las legítimas ambiciones, estaba convencido de que desde la derecha se podía modernizar España y de que, con la complicidad de España, se podía relanzar Catalunya.