Zapatero sabe que si ETA controlara totalmente el País Vasco y su estrategia fuera la de Hamás, su concepto de desproporcionado cambiaría totalmente. Con ETA haciendo una campaña de atentados suicidas a lo largo de toda España, lanzando cohetes contra los territorios cercanos de Navarra, la Rioja o Cantabria, con su población escondida en refugios antimisiles, y recibiendo, pongamos, armamento desde Francia e Inglaterra. Y nuestro presidente quiere hacernos creer que su respuesta sería policial, o que nos diría eso de que no hay una solución militar al conflicto, o que la «actitud» de ETA-Hamás ha sido «irresponsable». O que se dedicaría unos cuantos años a mendigar una intervención de la ONU mientras los habitantes de varias comunidades viven en refugios, la población española está aterrorizada por los atentados suicidas y una potencia vecina, algún Irán europeo, amenaza con aniquilarnos con una bomba nuclear que está a punto de obtener. Ése es el único análisis que un jefe de Gobierno no concernido directamente por esta guerra puede hacer. Todo lo demás es parte de esa inmensa mentira o ese show mediático (el Sarkoshow) en que algunos dirigentes europeos han convertido el conflicto palestino-israelí. Hasta que les concierna directamente, cuando la destrucción de Israel pueda ser la suya propia.André Glucksmann :
¿Cuál es la proporción justa que hay que respetar para que Israel cuente con unas opiniones favorables? ¿Que el Ejército israelí no utilice su superioridad técnica y se limite a emplear las mismas armas que Hamás, es decir, la guerra de los imprecisos misiles Grad, las piedras, la estrategia de los atentados suicidas a discreción, las bombas humanas y la selección deliberada de las poblaciones civiles como objetivos? O, mejor aún, ¿convendría que Israel espere pacientemente a que Hamás, gracias a Irán y Siria, "equilibre" su potencia de fuego?
A no ser que se trate de equilibrar no sólo los medios militares, sino los fines que se persiguen. Ya que Hamás -en contra de la Autoridad Palestina- se obstina en no reconocer el derecho de existir del Estado judío y sueña con la aniquilación de sus ciudadanos, ¿querríamos que Israel imite ese radicalismo y proceda a una gigantesca limpieza étnica? ¿De verdad queremos que Israel refleje "de forma proporcional" los deseos exterminadores de Hamás?
(...)
Todos los conflictos, ya estén latentes o en ebullición, son por naturaleza "desproporcionados". Si los adversarios llegaran a un acuerdo sobre el uso de sus medios y los fines que reivindican, dejarían de ser adversarios. Donde hay un conflicto, hay una falta de entendimiento, por lo que cada bando se esfuerza en utilizar sus ventajas y explotar las debilidades del contrario. Tsahal no renuncia a ello y "se aprovecha" de su superioridad técnica para escoger sus objetivos. Y Hamás tampoco, porque utiliza a la población de Gaza como escudos humanos sin tener en cuenta los escrúpulos morales ni las obligaciones diplomáticas de su adversario.