Brooks, que acaba de publicar La batalla (Planeta), explica en la introducció que "als vint-i-cinc vaig traslladar-me a Barcelona per guanyar-me la vida com a associat solista de trompa amb l'Orquestra Ciutat de Barcelona. No comptava amb cap tipus de coneixement previ sobre Espanya i no parlava ni català ni castellà. Al llarg dels següents anys vaig estudiar les dues llengües".
L'obra planteja l'habitual batalla entre dretes i esquerres en aquest cas als EUA, però que es pot extrapolar a altres països perquè, com afirma l'autor, "Espanya es un país que s'està tornant cada cop més infeliç". El politòleg considera, per exemple, que als EUA el 70% de les persones són de 'dretes' però domina el 30% d''esquerres perquè tenen a favor els intel·lectuals i els mitjans de comunicació. També fa una defensa aferrissada de la iniciativa privada i la "lliure empresa". Al seu parer l'important és l'igualtat d'oportunitats, no de rendes.
-Su familia era progresista. ¿Cómo se hizo conservador?-Leyendo y mirando los datos. Estados Unidos es muy complejo. Hay una gran desigualdad de ingresos. Estados Unidos tiene a la vez mucha riqueza y mucha pobreza. Para quienes creemos que un gran objetivo social debe ser una preferencia para los pobres la cuestión es qué ayuda de verdad más a los pobres. No me importa lo que ayuda más a los ricos sino qué ayuda a los pobres y qué proporciona a todas las personas la mayor libertad, cuál es el sistema más justo (fair) y cuál es el sistema que permite al máximo de personas tener éxito y llevar una vida feliz. Así que empecé a buscar por qué todas las ideas de la izquierda progresista no funcionan. La protección social (welfare) no funciona. Las escuelas públicas dicen que necesitan más dinero, y reciben más dinero pero no se gradúan más niños. Cuando hay políticas sociales que se supone que ayudarán a los pobres, los pobres no mejoran. De hecho esto también es verdad internacionalmente: ponemos billones de dólares en África, y África no mejoró. ¿Qué pasa cuando todas las ideas progresistas de bienestar social parecen estar fracasando? Me hacía esta pregunta cuando era veinteañero. Antes de meterme en temas de política pública. Yo era músico entonces. De hecho me empecé a plantear estas preguntas cuando vivía en Barcelona. ¿Qué problema había con mi país? ¿Qué problema había en los países de Europa occidental, que no parecían avanzar demasiado a pesar de estar gastando mucho dinero intentando progresar? Esto me llevó a leer a algunos académicos. Uno era Charles Murray, otro era Michael Novak. Académicos en el ámbito de las políticas públicas que usaban datos reales y métodos de las ciencias sociales. Y me di cuenta de que muchas de las cosas que había aprendido eran incorrectas. Que el problema de los pobres no es que no reciban suficiente dinero. No es correcto. Es correcto en Zimbabwe, pero no en Estados Unidos. El problema de los sin techo es la falta de vivienda asequible: es completamente falso. El problema de los sin techo en Estados Unidos es un problema de salud pública y adicción. El problema de la pobreza no es un problema de dinero sino un problema de oportunidades y cultural. Si no abordamos estos problemas de una manera que no sea tradicionalmente progresista, no los resolveremos. Esto me llevó a las personas con lo que en mi opinión eran las soluciones más creativas. Era la gente que formaba parte del movimiento de la libre empresa, que buscaban maneras de proveer más oportunidades con los mercados, dando acceso al camino de la oportunidad a más gente que nunca. Esto me llevó a dejar la música, ir a la universidad, convertirme en académico y acabar en el AEI. A encontrar soluciones para los más vulnerables, que creo que es mi responsabilidad ética.