Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

divendres, 26 d’agost del 2011

La reforma constitucional: l'últim embolic de Zapatero

José García Montalvo:
Lo que parece claro es que se necesita un mecanismo para controlar la tendencia al déficit excesivo de los gobiernos. El objetivo de los partidos políticos es perpetuarse en el poder y, para conseguir dicho objetivo, se ven tentados a utilizar el gasto público para ganar voluntades y votos. Pero mientras un individuo que se endeuda en exceso hoy sabe que mañana tendrá que devolver los préstamos con intereses, con los gobiernos no sucede lo mismo. La deuda que se acumula hoy la pagarán las generaciones futuras con sus impuestos. Por tanto la tentación de extender hoy beneficios y subvenciones a cada vez más ciudadanos es muy fuerte. Los mercados cumplen, entre otras, la función de proteger a las generaciones futuras de los desmanes de los gobernantes presentes. Los mercados imponen una disciplina al déficit y la deuda que acumulan los países para que no vivan permanentemente por encima de sus posibilidades. Normalmente no cierran totalmente el grifo a ningún país pero sí suelen exigir rentabilidades superiores a medida que se acumula la deuda de un país.

La otra posibilidad para controlar la tendencia de los gobiernos al déficit excesivo es dejar que la democracia actúe y la sociedad se imponga constitucionalmente un techo de gasto. En este caso si la regla constitucional es muy flexible tiene poco sentido. Si fuera demasiado restrictiva sería suicida. Además en un país conocido por tener muchas leyes pero no imponer su cumplimiento (como ejemplo reciente la ley de morosidad) este precepto constitucional quedaría en papel mojado rápidamente.

¿Se imaginan al Tribunal Constitucional dictando que seis años antes se superó el límite de déficit de la administración pública? Sigo pensando que es mejor que los mercados evalúen si la deuda de un país es excesiva, aunque a veces puedan equivocarse, que imponer un principio rígido en la Constitución.