No hi haurà més tractats per limitar les emissions de diòxid de carboni una vegada expiri l'actual protocol de Kyoto l'any 2012. Així ha quedat de manifest a la conferència sobre el canvi climàtic que se celebra a Buenos Aires. Ho explica
Ronald Bailey a Tech Central Station.
The conventional wisdom that it's the United States against the rest of the world in climate change diplomacy has been turned on its head. Instead it turns out that it is the Europeans who are isolated. China, India, and most of the rest of the developing countries have joined forces with the United States to completely reject the idea of future binding GHG emission limits. At the conference here in Buenos Aires, Italy shocked its fellow European Union members when it called for an end to the Kyoto Protocol in 2012. These countries recognize that stringent emission limits would be huge barriers to their economic growth and future development.
Bjorn Lomborg, l'ecologista escèptic, també ha atacat a Buenos Aires el que anomena
"l'obsessió per l'escalfament".
El calentamiento mundial se ha convertido en una obsesión moderna. Por parte de los gobiernos y los activistas que se reúnen estos días en Buenos Aires escuchamos la incesante premonición: poner el calentamiento mundial al frente de nuestras prioridades es el reto moral de nuestra época. Sin embargo, están equivocados. El calentamiento mundial es real y es causado por el CO2. El problema radica en que los modelos climáticos muestran que podemos hacer muy poco acerca del calentamiento. Aun si todos (incluido Estados Unidos) implementaran Kyoto y lo cumplieran a lo largo del siglo, el cambio sería casi imperceptible, atrasando el calentamiento por únicamente 6 años. Y los modelos económicos nos indican que el costo es importante. Kyoto cuesta al menos US$ 150.000 millones al año. Naciones Unidas estima que con la mitad se podría comprar agua potable, servicios sanitarios, servicios básicos de salud y educación a todos los habitantes del planeta.