D'una banda, ara són els sunnites els que també no volen que els americans es retirin de l'Iraq. No només no ho volen sinó que voldrien que hi despleguéssin més soldats. Ho explica el New York Times (via Barcepundit, via Pajamas)
BAGHDAD, Iraq, July 16 — As sectarian violence soars, many Sunni Arab political and religious leaders once staunchly opposed to the American presence here are now saying they need American troops to protect them from the rampages of Shiite militias and Shiite-run government forces.D'altra banda, el primer ministre iraquià, Nuri al-Maliki, malgrat totes les dificultats, està tirant endavant un pla per capgirar com un mitjó la situació a l'Iraq. Aquest pla, anomenat "Junts, endavant", té tres objectius:
The pleas from the Sunni Arab leaders have been growing in intensity since an eruption of sectarian bloodletting in February, but they have reached a new pitch in recent days as Shiite militiamen have brazenly shot dead groups of Sunni civilians in broad daylight in Baghdad and other mixed areas of central Iraq.
The Sunnis also view the Americans as a “bulwark against Iranian actions here,” a senior American diplomat said. Sunni politicians have made their viewpoints known to the Americans through informal discussions in recent weeks.
The Sunni Arab leaders say they have no newfound love for the Americans. Many say they still sympathize with the insurgency and despise the Bush administration and the fact that the invasion has helped strengthen the power of neighboring Iran, which backs the ruling Shiite parties.
But the Sunni leaders have dropped demands for a quick withdrawal of American troops. Many now ask for little more than a timetable. A few Sunni leaders even say they want more American soldiers on the ground to help contain the widening chaos.
The new stance is one of the most significant shifts in attitude since the war began.
1.-Hacer funcionar las instituciones del gobierno, empezando por el parlamento recién elegido y el Consejo de Ministros, y que se perciban como funcionando. Esto podría parecer extraño para aquellos que dan por sentado un gobierno que funciona. En el Irak post liberación, sin embargo, todo tiene que ser construido desde cero.El tema de l'amnistia presenta problemes de cara als xiïtes, les principals víctimes històriques del sunnites, i tmabé de cara als Estats Units i els països de la coalició. Però ja hi ha veus als EUA que s'alcen a favor d'acceptar l'amnistia oferta per Maliki:
Maliki se da cuenta de que un nuevo ejército y policía no pueden ser construidos en solitario, y que una burocracia en funcionamiento proporciona el esqueleto de la ley y el orden en cualquier sociedad. Esto ha quedado ilustrado por los episodios en los que unidades de la policía y el ejército recién entrenadas no recibieron a tiempo su sueldo debido a que la burocracia civil se había detenido.
2.-Envolver Bagdad en un perímetro de seguridad, privando así a los terroristas del "oxígeno y la publicidad" que sacan de los ataques en la capital. El plan es tratar Bagdad como una zona prohibida protegida por los sistemas utilizados en los principales aeropuertos internacionales.
En teoría esto no debería ser difícil. Visita más gente el aeropuerto londinense de Heathrow de la que entra o sale de Bagdad. En la práctica, sin embargo, acordonar Bagdad podría exigir recursos mayores; al contrario que Heathrow, la capital iraquí es objetivo de grupos terroristas concretos y reclutados a menudo de entre los servicios de seguridad del régimen caído, con conocimiento íntimo del terreno.
3.- Persuadir a tantos insurgentes como sea posible de abandonar la lucha armada y unirse al proceso político.
Aquí Maliki ya ha tenido algunos éxitos -- 7 grupos insurgentes, todos de base árabes sunní, han declarado estar dispuestos a entrar en negociaciones con el gobierno. Dos de éstos se encuentran entre las mayores fuerzas insurgentes de la zona de Bagdad. Uno, el Ejército de Mahoma, puede ser el más mortal.
Nuestro objetivo en cualquier guerra no es la venganza, sino el éxito. Los soldados confederados que juraron lealtad a Estados Unidos fueron indultados tras la Guerra Civil, incluso los que habían matado soldados de la Unión. Concedimos amnistía a legiones de japoneses y alemanes que habían matado a miles de americanos en la Segunda Guerra Mundial.Aquesta situació política, amagada per les constants i desinformadores imatges que com la cançó enfadosa repteixen cada dia totes les pantalles de televisió del món, està provocant víctimes exteriors. La primera víctima és la teocràcia iraniana, segons l'anàlisi d'Alexandre Adler:
Y esas amnistías se concedieron tras la victoria total. En los conflictos en los que no hay rendición incondicional - conflictos civiles que terminan de manera mucho más ambigua, como en El Salvador o Chile, por ejemplo - la amnistía y la reconciliación son los elementos esenciales para el establecimiento de una paz estable y democrática.
En Irak, la amnistía será parte necesariamente de cualquier estrategia de confrontación en la que los insurgentes depongan sus armas. Y no se aplicaría a los jihadistas extranjeros, quienes, al contrario que los insurgentes sunníes que se unirían al nuevo Irak, sueñan con un estado islámico construido sobre las ruinas del orden actual. No hay nada a discutir con tal gente. El único modo de derrotarlos es matarlos, como hicimos con Abú Musab al-Zarqawi.
Pero matarlos exige privarles de su santuario. La reconciliación-cum-amnistía hace que las tribus sunníes iraquíes alienadas pasen al bando del gobierno, drenando el entorno en el que nadan los jihadistas. Después de todo, encontramos a Zarqawi en territorio fuertemente sunní a través de información de Inteligencia que nos pasaron iraquíes locales.
Las protestas en América acerca de la sugerencia de amnistía han provocado que tanto la administración como el gobierno Maliki se retracten. Pero no lo crea. La amnistía será un elemento esencial en cualquier política conciliatoria. Lo que a su vez es el único camino hacia la victoria - definida hoy exactamente igual que el primer día de la guerra: dejar atrás un gobierno estable post-Hussein, tanto democrático como amistoso con nuestros intereses. Se puede lograr. Los aspavientos con la amnistía sólo pueden hacerlo más difícil.
Ahmadinedjad, en effet, ne veut rien tant qu'une réconciliation avec les sunnites et même une récupération à son profit d'al-Qaida dans un Djihad antiaméricain. Toute sa politique et celle de ses alliés intégristes au Pakistan, en Palestine et en Syrie, la direction des services secrets, hostile à la relative modération de Bachar el-Assad, s'efforce de renouer avec les Frères musulmans et l'opinion sunnite en général, notamment en s'efforçant de détourner vers le conflit israélo-palestinien les énergies de tous les intégrismes du monde musulman.Aquesta seria una de les raons que haurien portat a Ahmadinejad, el president de l'Iran, a moure la fitxa de Hezbollah contra Israel.
Mais, de l'autre côté, tous ceux en Arabie saoudite (et aussi au Pakistan) qui ne veulent en aucun cas de réconciliation, c'est-à-dire de partage du pouvoir et des richesses, n'entendent pas favoriser ce compromis. Ce sont eux, puissamment financés par de grandes fortunes arabes et du golfe Persique, qui mènent l'offensive pour élargir le fossé religieux en Irak et aboutir à une sorte de guerre civile généralisée. Mais il se trouve que ces deux groupes intégristes sont en réalité en échec, bien davantage que George Bush.
Chez les chiites irakiens, mais aussi iraniens à travers certains ayatollahs de Qom, la patience envers Ahmadinejad et son mentor, le grand ayatollah Yazdi, est usée. Ces hommes veulent un compromis avec les États-Unis en matière nucléaire. Du côté sunnite, en dehors de l'agglomération mixte de Bagdad où se produisent tous les affrontements, un mouvement se dessine pour accepter un gouvernement de coalition qui correspond tout à fait à la politique modérée du roi Abdallah d'Arabie saoudite et du défunt Rafik Hariri qui semble bien avoir payé de sa vie son engagement dans une réconciliation inévitable des sunnites et des chiites au Liban, comme en Irak et même en Syrie. Mais cette réconciliation-là ne se faisait pas contre l'Amérique et Israël, mais pour la paix et la démocratie.