Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

dissabte, 6 d’octubre del 2007

Ah! però encara existeix periodisme a Catalunya?

Hay un equívoco con Narciso” d’Arcadi Espada a “El Mundo”

El caso de la poeta despachada explica muy bien cómo la voluntad de conducir la realidad hacia un lugar determinado, con independencia de las fácticas opiniones de la realidad, ha sido uno de los primeros deberes de todo periodista (y de todo medio) de bien en Cataluña. Este periódico donde te pongo las cartas fue el primero y el único en informar sobre el hecho: alguien que llevaba unos años trabajando en la cadena pública para general satisfacción de sus jefes era puesta de patitas en la calle porque no hablaba catalán. Descontado este periódico, la noticia no ocupó más espacio que un breve mísero y vergonzante (sí, aún tengo la pequeña esperanza de que se avergüenzan, ya verás porqué), donde lo ocupó. Y por supuesto fue absolutamente silenciada, ella misma y su desarrollo, en cualquiera de las emisoras de la cadena pública. La insistencia de este periódico y de algunos blogs produjo que en unos días más de medio millar de ciudadanos (algunos muy conocidos) manifestaran su adhesión a la poeta Peri Rossi. Te reconozco que era un manifiesto facilito de firmar y que a poco comprometía, y ya me habría gustado ver a alguno de los prudentísimos firmantes pasando a la acción. Pero, en fin, era una noticia, y cualquier medio en sus cabales tenía la obligación de publicarla. No lo hicieron. No lo hicieron, exactamente, hasta el día en que los directivos de la cadena pública, forzados por las autoridades políticas (que tenían que responder en el parlamento a una áspera y bien puesta pregunta de Ciutadans y que observaban con aprensión la extensión de la protesta), reconocieron que tal vez habían cometido un error y llamaron a la poeta para tratar de recomponer el asunto. ¡Qué obscena alegría, qué desahogo, sintieron los periódicos provinciales al poder titular al fin a cuatro columnas con la noticia de que la cadena pública ofrecía volver a la despechada! No importaba para nada que hasta aquel momento hubieran ocultado el caso. Hace mucho que han dejado la odontología. Lo que importaba es que podían dar una noticia autorizada. Una noticia real. La noticia era que la cadena pública no despachaba a nadie. ¡De qué iba a hacerlo estando ellos allí!