Pel contrari, el poder polític i administratiu pot destruir una famíília i portar a les portes de la mort una mare sense haver de passar per l’adreçador de la justícia. Com a molt, haurà d’indemnitzar els perjudicats amb diners, no de la seva butxaca, sinó de la butxaca de tots. Aquest és el cas escandalós que ha passat a Andalusia.
Carmen Fernández, la mujer que debía ser indemnizada con 1,7 millones de euros por la retirada irregular de sus hijos Iván y Sara, ha fallecido como consecuencia del cáncer que sufría y que, según los jueces, se debía al "calvario" padecido para recuperar a los menores. La Junta de Andalucía le quitó los dos hijos a la mujer en 1996, cuando tenían 4 y 5 años, porque la madre era alcohólica, aunque se recuperó meses después, pero ya era tarde para recuperar a sus pequeños.