Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

divendres, 2 de desembre del 2005

Calendari

L'últim refugi dels que han perdut bous i esquelles oposant-se a l'alliberament de l'Iraq i al derrocament de Saddam Hussein és ara la demanda d'un calendari de retirada. Oblidant que el calendari ja existeix i que l'última paraula la té el poble iraquià, volen salvar el que puguin del seu naufragi polític. Ho explica amb pèls i senyals Amir Taheri:
Aquellos políticos Demócratas de Washington que habían respaldado la guerra con tanto entusiasmo como George W Bush utilizan ahora el tema de la retirada como medio de distanciarse de sus posiciones iniciales. Los reaccionarios árabes que se estremecieron de emoción ante el pensamiento de un déspota derrocado por la intervención exterior se aferran ahora al lema de la retirada, con la esperanza de sabotear el proceso de democratización en Irak. En Europa, los antiamericanos profesionales de todo pelaje intentan ocultar su desnudez política con la hoja de parra de "la retirada".

La verdad sin embargo es que ha existido en vigor un calendario desde el primer día de la guerra que puso fin a la tiranía ba´azista en el 2003. En ese calendario, la presencia militar de la coalición en Irak está vinculada al programa de reconstrucción política de la nación, como debería ser. En otras palabras, las fuerzas de la coalición están en Irak con el fin de lograr una tarea política precisa, y no para proporcionar a Estados Unidos o a cualquier otra potencia extranjera una plataforma de expansión en Oriente Medio.

El gran objetivo de esa tarea era arrancar el poder de las manos de un exclusivo grupo liderado por Saddam Hussein para entregarlo de nuevo al pueblo de Irak. La idea no era imponer la democracia sobre Irak, como afirman algunos círculos anti-liberación. La idea era eliminar los obstáculos a la democratización de Irak. Los iraquíes no son forzados hoy a crear una democracia. Pero tienen la oportunidad de hacerlo, si quieren. La tarea de la coalición consistía en proporcionarles la oportunidad. Y en ese sentido, el proyecto de Irak ha sido un tremendo éxito.