Adéu a Nihil Obstat | Hola a The Catalan Analyst

Després de 13 anys d'escriure en aquest bloc pràcticament sense interrumpció, avui el dono per clausurat. Això no vol dir que m'hagi jubilat de la xarxa, sinó que he passat el relleu a un altra bloc que segueix la mateixa línia del Nihil Obstat. Es tracta del bloc The Catalan Analyst i del compte de Twitter del mateix nom: @CatalanAnalyst Us recomano que els seguiu.

Moltes gràcies a tots per haver-me seguit amb tanta fidelitat durant tots aquests anys.

dijous, 21 de desembre del 2006

El nostre Pearl Harbor

GEES ha traduit finalment al castellà aquest magnífic article de Victor Davis Handson en que compara el Pearl Harbor el 7 de desembre de 1941 amb l’atac contra les Torres Bessones i el Pentàgon l’11 de setembre del 2001.

...hay 3 diferencias significativas entre la “guerra global contra el terrorismo” y la Segunda Guerra Mundial que sí explica por qué esta vez la victoria está tardando mucho más tiempo en llegar.

Lo más obvio es que, contra Japón y Alemania, nos enfrentamos a estados nación fácilmente identificables, con ejércitos convencionales. Los terroristas de hoy se entremezclan con los civiles y es difícil vincularlos con los gobiernos que los patrocinan o los habilitan en Irán, Arabia Saudí, Siria y Pakistán, y que encima niegan toda culpabilidad. También vamos dando pasos cuidadosamente en una era de omnipresentes armas aterrorizadoras cuando cualquier guerra en cualquier momento podría atraer sin mucho aviso previo a un beligerante nuclear no democrático.

Las limitaciones de nuestra forma de hacer la guerra por lo general no son más que autoimpuestas. Sí, nosotros derrotamos a los poderes del Eje en menos de 4 años, pero fue a un precio espantoso. Para derrotar a Japón y Alemania, perdimos un promedio de 8.000 americanos cada mes de la guerra, comparado con unos 50 al mes desde el 11-S.

Hasta ahora, Estados Unidos ha alentado a sus ciudadanos a hacer compras en vez de pedir sacrificio. Lo que se lee entre líneas es que podemos derrotar a los terroristas y sus autocráticos patrocinadores con solamente una fracción de nuestros recursos humanos disponibles, asegurándonos que no haya una verdadera interferencia en nuestros estilos de vida. Desde luego, ése no fue el caso con la generación que vivió la era de la Depresión y que libró la Segunda Guerra Mundial.

Y en esos días, paz y reconstrucción era lo que venía a continuación de la victoria, no lo que la precedía. De forma tenaz e inflexible, ofrecíamos amplia ayuda e imponíamos la democracia a las naciones rotas por la guerra, sólo después de que el enemigo había sido absolutamente derrotado y humillado. Hoy para evitar la carnicería, tratamos de ayudar y reformar países antes de que nuestros enemigos hayan sido vencidos, ponemos el carrito de la ayuda por delante del caballo de la victoria.
L’article original en anglès, aquí.